Una invitación a salir del marco y encarnar un mundo alineado.

La política se ha vuelto estrecha.
Cansada.
Manchada por conflictos, ambiciones y estrategias.

Muchos lo rechazan.
Muchos se alejan, asqueados, cansados, desilusionados.
Y sin embargo, esas mismas personas
llevan dentro un profundo anhelo de equidad, justicia y armonía.

Quieren que el mundo cambie.
Pero ya no creen que la política lo logre.
Y tienen razón.

Porque lo que llamamos “política” es demasiado pequeño para lo que viene.

La Sageocracia no se presenta como un partido ni como una ideología.
No busca entrar en el debate,
ni medirse con los modelos antiguos.

Propone algo distinto.
Algo más amplio.
Más sutil.
Más vivo.

No es una reforma.
Es un cambio radical.
No hacia un nuevo régimen,
sino hacia una nueva frecuencia de gobernanza.

Una gobernanza ya no basada en el control,
sino en la conexión.
Ya no impuesta, sino reconocida.
No basada en leyes muertas,
sino en principios vivos.

No se trata de hacer campaña.
Se trata de sentir si esto vibra en ti.
Si algo dentro de ti dice sí,
sin argumentos,
sin necesidad de convencer.

La Sageocracia no necesita ser creída.
Se reconoce.
Como una memoria que no habíamos olvidado,
solo silenciada.

Alors non, ce n’est pas une politique.
C’est un art de vivre en cohérence avec le Vivant.
Une manière de se gouverner soi-même
en contribuant à l’équilibre de tous.

Y ningún partido político lleva esto.
Ninguna revolución lo desencadenará.
Solo puede surgir a través de un cambio interior,
elegido libremente,
en el silencio de un sí.

Un sí suave, profundo y alineado.
Un sí que no excluye a nadie, pero que ya no espera nada del viejo mundo.

Lo que viene es demasiado vasto para las viejas palabras.
Pero comienza aquí.
En ti.
En mí.
En nosotros.

Firmado: Voz de la Sageocracia

Visión de la Sageocracia

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